La planta del té es la llamada “Camellia sinensis” y es una especie cuyas hojas y brotes se utilizan para elaborar el té. Es originaria de China, pero sus semillas llegaron a cinco países más: Japón, Taiwán, Corea, India y Sri Lanka. Dependiendo del país, la planta puede medir entre 15 y 17 metros de altura.
Geográficamente hablando, existen tres tipos de Camellia:
1. Camellia Sinensis de China,
2. Camellia Sinensis Assámica de la India y
3. Camellia Sinensis Cambodi de Camboya, la cual se utiliza para hacer varietales.
El té que se puede obtener a partir de la Camellia puede ser: blanco, verde, amarillo, oolong, negro y Pu-erh. China produce todos éstos.
Además, están los blends que son una combinación de Camellia con frutos o esencias. Un blend es diferente a una tisana, pues ésta última no contiene Camellia.
Cosecha del té
Aunque la cosecha a mano sea considerada mejor que la cosecha con maquinaria, sabemos que el hecho de que se coseche a mano no significa que sea mejor, pues cada té tiene un proceso diferente.
De acuerdo a los diferentes tés, antes mencionados, el té blanco es el más sencillo de cosechar: las hojas se dejan secar en camas durante 5 o 6 horas al sol, para que pierdan humedad hasta estar marchitas. Este té tiene notas dulces, florales, frutales, dándole un toque sutil y elegante, por lo que antes era destinado únicamente a los emperadores.
En el té verde se detiene la oxidación y marchitado, para que no se marchite por completo, se le inyecta calor. En China el método tradicional es secarlo en un wok. Es dulce, astringente, vegetal, herbáceo y marino.
El té amarillo es de origen chino. Se busca que no se oxide ni se marchite. Tiene notas dulces y florales.
El té oolong es el más moderno, significa dragón negro. Se recolecta a mano la primera, segunda y tercera hoja y se hace un marchitado largo. Tiene notas dulces y flores.
Pasamos al té negro que se deja marchitar y se mueve para que no se seque, se rompe o se machaca, para que tenga una oxidación completa.
Para terminar, dejé a mi favorito, el Pu erh que se produce en China y es denominación de origen de la ciudad que lleva el mismo nombre. Es un árbol viejo que se cosecha en terrazas y se seca en wok. Es de guarda y se puede fermentar. También es posible agregarle levaduras. Es de un sabor fuerte y terroso.
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